La ubicación junto al canal es espectacular, realmente te permite sumergirte en la esencia de la ciudad. El baño está en buenas condiciones y siempre limpio, lo que suma puntos a la experiencia.

Las habitaciones son un poco pequeñas y no siempre hay espacio suficiente para organizar la ropa si planeas quedarte varios días. Las escaleras son empinadas y estrechas, lo que puede ser un verdadero desafío si llevas equipaje pesado, así que prepárate para un poco de esfuerzo físico cada vez que subes y bajas.

Las habitaciones son amplias y muy limpias. La calefacción funciona perfectamente, lo cual fue genial en diciembre. La cercanía a las atracciones turísticas es impresionante, a solo unos minutos a pie. El baño renovado fue un gran detalle.

Una estancia memorable en familia

La ubicación fue ideal. a solo un paseo del centro. Disfrutamos de la calma del vecindario y la amabilidad del personal, siempre dispuesto a ayudar.

Sin embargo, la habitación en el sótano tenía un olor persistente que a veces resultaba incómodo. Además, el ruido proveniente de otros huéspedes dificultó un buen descanso.

El personal siempre muy amable y atento.

La ubicación es excelente, a solo 10 minutos caminando del Rijksmuseum y el Museo Van Gogh. Mi maridito y yo apreciamos que el personal fue siempre muy amable y mantuvieron todo limpio. Además, los bares y supermercados estaban muy cerca, lo que facilitaba conseguir comida.

Mi mujer dice que las escaleras empinadas son un reto, especialmente con niños. Hubiera sido genial contar con un ascensor.

cerca del museo de van gogh y los canales encantadores

Me encantó la hermosa vista a uno de los canales y lo fácil que fue caminar hasta el Museo de Van Gogh, que está a menos de 15 minutos a pie. Definitivamente, los paseos por este espacio eran una delicia, y si te apetece disfrutar de un buen desayuno, por unos €6 puedes disfrutar de un rico desayuno. aunque las escaleras son un poco difíciles si llevas mucho equipaje.

Personal amable y limpieza constante.

La ubicación del hotel es realmente imbatible. A solo un paseo del Museo de Van Gogh, lo que facilita mucho las visitas a los lugares de interés. La habitación tenía una hermosa vista al canal, lo cual fue un gran plus. Sin embargo, la limpieza podría mejorar. la última noche apareció un ratoncito en la habitación, lo que no fue muy agradable. A veces había un olor persistente en el baño, y las escaleras empinadas son un desafío si llevas mucho equipaje. A pesar de esto, el personal fue servicial y me ayudaron con las maletas, lo cual aprecio. El desayuno era bueno por solo €6, lo cual se agradece en una ciudad tan cara como Ámsterdam. Las camas eran cómodas después de un largo día explorando la ciudad.

La habitación tenía unas vistas geniales al canal. Escuchamos mucho ruido durante la noche, lo que fue muy molesto.

La ubicación es excelente a un paso de Leidseplein. Las habitaciones son muy limpias, y la ducha moderna fue un gran plus.

me sentí verdaderamente mimado, no tengo ninguna queja en absoluto

Me encantó la ubicación, ¡es perfecta para recorrer la ciudad! Las habitaciones son limpias y el baño cumplía su función. Las escaleras son un desafío si llevas carga. 😅

La ubicación del hotel es excelente, cerca de museos y con vistas agradables al canal. El desayuno por €6 es una buena opción, pero las escaleras son complicadas si llevas mucho equipaje. La limpieza del baño fue un poco deficiente, lo que podría mejorarse.

La ubicación era excelente, justo al lado de varios restaurantes. La habitación era amplia y muy limpia. Me gustó la calefacción adecuada, especialmente en invierno. El desayuno por solo €6 era delicioso. Además, el personal fue siempre amable y dispuesto a ayudar con nuestras maletas. 🙂

La habitación, aunque pequeña, era muy bonita y estaba siempre limpia. Contaba con una buena temperatura y tenía un balconcito que daba al canal, lo que añadió un toque especial a nuestra estancia. Además, la ubicación es perfecta, cerca de supermercados y restaurantes, y solo a 10 minutos a pie de los museos más importantes, como el Museo de Van Gogh.

Las escaleras son empinadas, así que hay que tener cuidado con el equipaje.